No hay dudas de que, en 2020, la pandemia Covid-19 instaló abruptamente una nueva agenda corporativa que resignificó el desarrollo sostenible y jerarquizó a las nuevas tecnologías, que fueron las que permitieron que millones de personas alrededor del mundo pudieran seguir trabajando, educándose y socializando desde sus domicilios. Así, una de las grandes consecuencias de la pandemia ha sido la masificación del teletrabajo o homeoffice. Las compañías más importantes del mundo continúan parcialmente con la modalidad de teletrabajo y esta nueva realidad les impone a las empresas nuevas condiciones en sus relaciones laborales y nuevas modalidades de liderazgo. Por otro lado, la tecnología desempeña también un papel fundamental para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Máxime si consideramos que, en estos tiempos donde se dio inicio a la llamada “Década de Acción”, para alcanzar dichos Objetivos, las condiciones son, precisamente, en muchos casos, más desfavorables que hace cinco años, como consecuencia de los graves impactos de la pandemia Covid-19 en la economía, el empleo y el ambiente. NOTA DESTACADA