Mons. Lorenzelli invitó a los ordenandos a imitar a Cristo, figura del Buen Pastor: “imiten la humildad y man-sedumbre, virtudes imprescindibles de los verdaderos seguidores del Maestro. Imiten la pobreza del Señor, fo-mentando una confianza filial y plena en la Providencia de Dios. Imiten a Jesús que se humilló a sí mismo ha-ciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Imiten el corazón casto y puro del Maestro, con un amor totalizante y exclusivo que los mantendrá con una dispo-nibilidad absoluta al servicio de la misión”. Daniel y Marcelo se arrodillaron frente al obispo ma-nifestando su libre voluntad de ser consagrados presbí-teros y realizaron su promesa de obediencia; para luego postrarse rostro en tierra, mientras la asamblea entona-ba las Letanías pidiendo la intercesión de los Santos. Al concluir, el obispo y los salesianos sacerdotes con-celebrantes impusieron sus manos sobre Daniel y Mar-celo para invocar sobre ellos la acción del Espíritu Santo. Luego de la plegaria de la ordenación expresada por el obispo, los familiares de Daniel y Marcelo entregaron los ornamentos propios del presbítero, la estola y la casu-lla, a algunos hermanos salesianos, quienes revistieron a los nuevos sacerdotes, para así recibir la unción con el Santo Crisma. El rito de la ordenación concluyó con la entrega de la patena y el cáliz preparados para la Eucaristía.