“Si algún chiquillo necesita salir e irse a otra parte, siempre hay al-guien que va y lo acompaña. Eso me encanta de mi grupo. Nunca están solos y siempre vuelven felices. Así como yo me puedo desahogar. Me escuchó, me entendió, me aconsejó”. Su participación en ALVI y CAS le ha enseñado dos cosas principal-mente: volver a su niña interior y liderar a los jóvenes, a quienes invita a disfrutar la celebración de los 50 años del MJS. “Mi invitación es a atraer más gente, más amigos que conozcan este Movimiento Juvenil Salesiano, porque es algo tan íntimo, pero a la vez tan compartido. Se van creando lazos, vínculos muy bonitos”. Catalina tiene claro su sueño para el MJS. “Que cada vez que men-cione MJS, todos sepan qué es o por lo menos tengan una leve noción. Mi sueño es que se haga conocido a un nivel muy grande” ¿Que sueña para ella? Seguir participando en esta obra, a pesar de que está consciente de que el próximo año muchas cosas cambiarán. “Me gustaría continuar con esto, porque me gusta ver cómo otros jó-venes también se entusiasman. Mi sueño personal sería seguir en el MJS a pesar del tiempo”.