NOTA DESTACADA Por una parte, el país enfrenta la problemática de los ya estructurales sectores vulnerables, en varios de los cuales el otorgamiento durante mucho tiempo de planes sociales no ha contribuido a la cultura del trabajo, lo cual ha profundizado la pobreza, que en el segundo semestre de 2020 llegó a un 42% de la población y la indigencia a un 10.5%. Por otra parte, la cantidad de desempleados sólo en los grandes conglomerados urbanos asciende a más de 1.400.000 personas. De modo que resulta imperante la necesidad de generar fuentes de trabajo decente con verdadera inclusión social. Para ello será necesario -entre otras cuestiones- revertir obstáculos económicos, financieros, laborales, normativos e institucionales que han contribuido a esta situación.