NOTA DESTACADA En ese contexto, es relevante valorar el surgimiento de empresas y organizaciones que tienen como propósito, no sólo su sostenimiento económico, sino además el de aportar soluciones ambientales y sociales. Los emprendedores, las MIPYMES y las grandes empresas deben ver en el modelo de triple impacto una herramienta de creación de valor y un factor de crecimiento, pero sin dudas es el Estado a través de las compras y contrataciones públicas -como una herramienta transversal y estratégica- quien debería asumir la responsabilidad de impulsar la economía de triple impacto y de esa forma, el desarrollo socioeconómico y ambiental.