Por todas estas razones es necesario cambiar el paradigma del turismo, empezando por internalizar los costos e impactos ambientales, en un proceso que involucre un cambio, desde acciones puntuales hasta el cambio de comportamiento hacia una mentalidad efectivamente sostenible y responsable en esta nueva fase de reinicio de la actividad turística. ¿Cómo empezamos? Debemos empezar a pensar y creer convincentemente que la actividad turística debe ser resiliente, conceptualmente y desde su carácter pragmático, para que pueda adaptarse a los efectos del cambio climático y contribuir en la toma de decisiones de medidas y acciones en el marco de las políticas públicas climáticas. El sector del turismo debe empoderarse, para que pueda contribuir con acciones climáticas y soluciones.