Sin embargo, pueden observarse mejoras en los procesos industriales y una expansión del sector servicios. Abiertamente, el panorama cambia si se estudian los incrementos en eficiencia energética -por ejemplo, la variación del contenido energético del PIB-. Según la media, la energía primaria requerida para producir una unidad adicional de PIB ha disminuido anualmente en un 1 %. No obstante, la matriz energética ha mutado en varias oportunidades y el consumo de energía renovable empieza a figurar dentro de la misma, aunque esto no conlleva necesariamente una disminución de la demanda de energías fósiles (aún creciente).