Son el paradigma de empresa exitosa. Las más longevas del Perú y según Kantar, algunas de las más valoradas del mercado. Desde sus rubros han logrado construir su propia versión del país y marcado la cotidianidad del peruano con sus productos. Han superado crisis, cambios políticos y nuevas tendencias. Hablar sobre ellas es dar un repaso a nuestra historia y eso es, realmente, lo que hace a una marca bicentenaria. Ver las más destacadas 112 años Arequipa-1909 105 años Lima-1916 113 años Cusco-1908 111 años Junín-1910 124 años Lima-1897 124 años Lima-1897 125 años Lima-1896 132 años Lima-1889 137 años Lima-1884 157 años Lima-1864 158 años Callao-1863 182 años Lima-1839 200 años Arequipa-1821 D’Onofrio Tras dos intentos fallidos en la fría Argentina y Estados Unidos, una familia italiana probó suerte en la capital limeña con un proyecto destinado a aprovechar el clima de la ciudad. Sus poderes de inventi-va no solo les ayudaron a construir el negocio de helados en Perú -el gran invento de la época- sino también a posicionar a D’Onofrio lle-vando su producto en carretillas que deambulaban por las calles pro-clamando su presencia al son de una cornetilla. Aquella estrategia constituyó su éxito empresarial y les animó a in-dustrializar el negocio con la apertura de su primera fábrica. El resto es historia. D’Onofrio completó su portafolio con panetones y otras golosinas, y para 1997 ya había llamado la atención de Nestlé Perú. Hoy, es la duodécima marca más valiosa del país. Interbank El Banco Internacional del Perú se instaló en el centro de Lima bajo la dirección de Elías Mujica. Unos 37 años después comenzó su ex-pansión hacia el noroeste del país y poco más tarde -en 1996- cam-bia su nombre a Interbank. En el presente, es el centro de Grupo In-tercorp y ocupa el segundo lugar entre las bancas más valoradas en el mercado peruano con un precio de US$882 millones. También tie-ne oficinas de representación comercial en Brasil y China. Cusqueña Cusqueña escribe su historia desde 1908, cuando el alemán Ernesto Günther abrió en la ciudad la Cervecería Alemana Günther & Tidow S.A. ofreciendo un modesto portafolio al que más tarde se sumó su gran producto premium: Cerveza Cusqueña, lanzada al Sur del país. La bebida ganó prestigio en el mercado y para 1995 ya se vendía en los bares y negocios de Lima bajo el nombre de Cusqueña Premium. En el año 2000 pasó a formar parte del Grupo Backus y a competir en un entorno globalizado con nuevas variedades. Hoy Cerveza Cus-queña se incluye entre las marcas peruanas reconocidas a nivel mun-dial, con presencia en Chile, Estados Unidos, Japón, España e Italia. Siendo también la tercera en su tipo más valorada en Perú. La Ibérica Es la marca de chocolate más antigua del Perú. Su historia se remon-ta a principios del siglo XX, cuando el hijo de un español residido en Arequipa, regresó de un largo viaje con una idea de negocio: crear una fábrica de chocolates. Así, en un batán de piedra, se dieron las primeras pruebas de La Ibérica a manos de Juan Pablo Vidaurrázaga (hijo) y Vicente Vidaurrázaga (padre), quienes años después se ins-talaron en la casona de Jerusalén donde la firma operó por sesen-ta años. La Ibérica es hoy considerada la marca de chocolates icono del Perú que ostenta el octavo lugar como productor de cacao en el mundo. También ha apostado por grandes mercados como Chile y Es-tados Unidos. Laive Laive comenzó con la producción de mantequilla y quesos a manos de tres familias ganaderas que unieron sus haciendas para crear la Sociedad Ganadera del Centro en las alturas de Junín y Huancave-lica. En 1960 se trasladó a Lima y, doce años después, inauguró su primera fábrica moderna comenzando a producir diferentes tipos de quesos y yogur. Es una de las marcas más destacadas del mercado e incluso adquirió la extranjera Salchichería Suiza. Cemento Sol Es la primera empresa de cemento del Perú y la undécima marca na-cional más valiosa en el mercado. Cemento de Sol nació junto a la Compañía Peruana de Cemento Portland S.A., momento en que en el país se importaba este material de Europa. Pionera en su rubro, se lanza al mercado gracias a la explotación de recursos naturales como piedra caliza y yeso extraído de las canteras de Atocongo. El poder demostrado en el sector la llevó a inaugurar la planta de Drake Cement en Estados Unidos e iniciar la exportación hacia otros países como Chile y Panamá. En los últimos años se mantiene como la décima marca más valorada en Perú.