#Opinión Y DE PRONTO, UN BUEN DÍA Por Humberto Polar, Socio y Director Creativo de The Juju México. No hay manera de estar plenamente preparados para los cambios. Y no por falta de voluntad o visión. Hemos sido advertidos casi desde nuestro nacimiento que el cambio es connatural al entorno en que vivimos. Que es lo único constante. Que lo que entendimos hoy será radicalmente reinterpretado por nuestra propia mente, evolucionada merced al paso de los años. Por eso los humanos, en distintos grados según la persona, tendemos a navegar los cambios y salir airosos de ellos. Nos preparamos en mayor o menor grado para enfrentarlos. Nuestros padres inician el trabajo y nos convencen de dejar esa cuna que estaba a tiro de piedra de sus camas para pasar a un cuarto propio. Solos. Casi siempre terminamos por aceptar el cambio, y algunas veces reconocemos que era para bien. Así, navegamos por los cambios hasta nuestra muerte, el cambio final y mayor. Sin embargo, nunca logramos estar totalmente preparados. leer más leer más ¿Por qué? Porque cambiar es difícil. Muy pocos están realmente listos para afrontar cambios generados por situaciones impredecibles. Un terremoto. Un accidente. Una pandemia. Sigue siendo difícil aún si se trata de cambios que podemos prever. Porque hay otro tipo de cambios que se anuncia, que viene con señales en el tiempo. Cambios más sutiles, quizás, o de maduración más lenta, pero perceptibles, decodificables con un poco de esfuerzo. Y pese a ello, estos cambios toman por sorpresa a mucha gente. Traen consecuencias. Generan problemas complicados. Me explico con un ejemplo reciente: estoy convencido de que nadie que haya leído la historia peruana con cierta profundidad, sea desde el trabajo de investigadores o pensadores de derecha o de izquierda, se debería sorprender del resultado de nuestras últimas elecciones. El cambio de paradigma que los peruanos estamos viviendo es legible en el trazo de nuestra constitución como nación. Aparece como consecuencia de los hechos que, paradójicamente, gestamos por doscientos años y ahora pretendemos celebrar. Dicho de otro modo, es un cambio para el que deberíamos estar listos. En la política, como en los negocios, anticiparse es crucial. Hacer negocios en medio de cambios es todo un arte. O una ciencia. O un ejercicio extremo de sentido común. Las personas que hemos iniciado empresas de comunicación, como hombres de negocios y también como creativos, pertenecemos a esa categoría de quienes deberíamos saber leer las señales de cambio antes de que éste suceda. La información está allí ¿Dónde está nuestra voluntad de aceptar las señales de lo que puede venir? Yo veo ciertas señales en mi negocio, que es la publicidad creativa. Hay menos dinero. Hay menos confianza. Hay menos compromiso. Hay menos tolerancia al floro. También veo que hay, en las empresas que necesitan publicidad, una inmensa necesidad de confiar en alguien. ¿No es eso suficiente motivo para abrazar los cambios que la industria y la sociedad proponen? Yo creo que sí.