#Editorial Hoy se ve de qué estamos hechos. Sin duda, esta frase cae bien en todos los momentos, pero hoy, en la época que estamos viviendo, podría servirnos como un mantra: un enunciado que nos mande hacia adelante y no nos permita tirar la toalla, así las cosas no pinten tan bien. Mostremos de qué estamos hechos, como cuando no nos rendimos ante la pandemia y la gran transformación digital -de la que se venía hablando por años- se hizo urgente y se implantó. Durante el último año y medio, el cambio fue puesto como prioridad y ahora vemos los resultados: el ecommerce y la comunicación digital ya son -y serán- las piezas fundamentales dentro de las estrategias de las marcas. Solucionaron una crisis inédita y llegaron para quedarse. De la misma forma, hoy las marcas tienen un nuevo reto ante el panorama político. En principio, todos queremos saber en qué lugar nos van a golpear más y por dónde debemos ir en este contexto incierto. No obstante, más allá de los cálculos que se puedan hacer, deberíamos tomar posición respondiendo una pregunta muy importante: ¿Qué espera la gente de las marcas en la coyuntura que estamos viviendo? Las personas, que son los destinatarios de la comunicación, son las que ven de qué están hechas las marcas en épocas indescifrables y complicadas como esta. Por ello, hoy las empresas tienen que dar confianza, comunicar ánimo y hacer lo posible por crear estrategias que brinden seguridad y bienestar, con el objetivo de incentivar el consumo. Las marcas deben ayudar a mejorar el momento con una comunicación dé esperanza e incentive a invertir. Ser claros y mostrar que el panorama político no nos puede parar. Por supuesto, el reto es complicado porque los números no ayudan y el gobierno parece que nos pone la cancha en subida. Pero no podemos quedarnos sentados esperando a que vuelva a salir el sol y mejore el clima. A levantarnos y poner a andar el carro aunque la pista esté cuesta arriba. Hoy solo quiero pensar en positivo y también preguntarte: y tú ¿De qué estás hecho?